Etiquetas

martes, 25 de abril de 2017

"La auténtica historia de las Minas del rey Salomón" - Carlos Roca

Ante todo y sobre todo debo reconocer que las "Minas del rey Salomón" es uno de mis libros de juventud favorito. Tengo en casa una edición de 1940 editada por Seix y Barral con ilustraciones de Junceda. Sin duda es una de las novelas de aventuras más grandes de la historia de la literatura. Ridder Haggard, su creador, se basó en algunas historias coloniales del Imperio Británico en tierras de África y más puntualmente en la figura de un cazador y aventurero británico llamado Frederick Selous. Ya podréis imaginar que cuando descubrí el libro que hoy reseño, cayó en mis manos sin pestañear siquiera. Para más razones, este pequeño ensayo está escrito por Carlos Roca, uno de los grandes especialistas del África colonial británica del momento en nuestro país y del que ya he leído tres o cuatro de sus publicaciones. Su manera de narrar la historia, su afán de divulgación y crítica de una época llena de aventureros, matanzas, batallas y expediciones, llega bien al lector y le envuelve de aquel espíritu romántico, que rodeó la época victoriana del último cuarto del siglo XIX.


El autor nos embarca en una serie de acontecimientos históricos sucedidos en el sur del continente africano. Me refiero a la separación de los Matable de su tronco principal  Zulú, las expediciones organizadas por Cecil Rhodes al territorio al que luego llamará Rodesia, las dos guerras Matabele, el eco de las guerras Boers y el empeño de una serie de aventureros, que bajo el auspicio del Imperio británico, colonizaron un territorio inmenso, que terminaría llamándose Zimbabue. Con la excusa, algo forzada, de encontrar las fuentes en las que Haggard se basó para escribir su libro "Las minas del rey Salomón", Carlos Rocas desarrolla en apenas 250 páginas la existencia independiente de los Matabele, su exilio a tierras más al norte y su caída frente a los expedicionarios blancos. Apenas dos décadas de existencia libre.

Para ello, se remonta al reino de Shaka Zulú, su desarrollo y la posterior emigración de los Matabele. Después de que el Imperio Británico se enzarzaba en la guerra con los Zulúes, un pequeño contingente de colonos organizados en milicias se dirigieron al norte llamados a buscar prados, oro y nuevos asentamientos, hasta chocar con los Matabele. Su líder Cecil Rhodes, un magnate que soñaba con la unión de toda África bajo el poder británico blanco, financió en 1893 una misión para derrotar a aquellos nativos a los que acusaba de romper un pacto de no agresión. A partir de este acontecimiento y a lo largo de cuatro o cinco años, se desarrollaron dos guerras Matable, en las que los impis formados por miles de guerreros y los laager de los colonos se enfrentaron en desigualdad de condiciones en una guerra, sobre la que caía la larga sombra del conflicto bóer. Es en esta parte del ensayo donde aparecen las cabalgadas de las tropas montadas de irregulares, los enfrentamientos de pequeños grupos de colonos por defender sus granjas, pero también la caída de un pueblo guerrero ante el poder de las armas de fuego, sobre todo las novedosas ametralladoras. Durante las dos campañas, apenas seis mil hombres, entre tropas de colonos, tropas imperiales y nativas, redujeron un territorio seis veces más grande que las Islas Británicas y derrotaron no solo a los Matabele sino también a los Shonas.

Carlos Roca, no sólo detalla los acontecimientos con gran detalle y emoción, sino que también, disecciona brevemente a los protagonistas de aquellos hechos. Por un lado los líderes nativos como el rey Matabele Lobengula y por otro los artífices de la expansión blanca como Cecil Rhodes, su mano derecha Leander Starr Jameson o el fundador de los boys scouts, Robert Baden-Powell y muchos más. El título de este libro puede llevar a engaño, ya que su relación con la novela de Haggard es meramente formal, ya que con esta excusa, Roca lo que realmente hace es introducir al lector en el conflicto que rodeó la formación del territorio de Rodesia y las guerras que mantuvieron los expedicionarios y colonos británicos con los indígenas asentados en aquellas tierras. Simplemente por asumir esta misión, su lectura vale mucho la pena, ya que las guerras zulúes siempre han ocultado otros grandes acontecimientos sucedidos en aquel territorio de África del sur, que no dejan de ser especialmente interesantes y por qué no, emocionantes. 

Las aventuras de Rhodes y sus hombres no encumbran, por un lado su valor, ni por otro la despiadada superioridad racial impuesta a los nativos. Roca pretende, con objetividad, narrar las historias personales de sus protagonistas. Todo lo demás queda a expensas del lector. Lo que sin ninguna duda está claro es que Haggard, con la publicación de su novela en 1885, acercó al público más joven y al lector avezado, a las misteriosas y lejanas praderas de un continente que finalmente fue objeto de guerras, matanzas y gloriosas aventuras. En definitiva, un libro breve, pero interesante. 


No hay comentarios:

Publicar un comentario

Si comentas, aceptas la política de privacidad. Únicamente utilizaré tu correo para los comentarios. No lo almacenaré ni lo usaré para nada más.