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lunes, 19 de septiembre de 2016

"Hellenikon" - Luis Villalón Camacho

En esta novela ambientada en V a.C en Grecia, Luis Villalón, presenta como protagonista a un espartano. Pero no es un hombre cualquiera. En un momento dado, durante una de las campañas guerreras de Esparta, Arimnesto decide huir de su destino, dejar su puesto en la falange espartana y acogerse en territorio ajeno. El deambular por parte del siglo V a.C. lo conducirá a los acontecimientos más importantes de las Guerras Médicas. Sin embargo, a pesar de su origen espartano, su devenir fluirá, representando al griego que es, independientemente de su origen o filiación. Con ello a sus espaldas y con la imagen de un olivo, como raíz de esta civilización en la que el protagonista se acoge en más de una ocasión, la novela fluye en un periodo clave para Grecia.


Luis Villalón, logra plasmar, en un escenario tan clásico como lejano, la mentalidad de los griegos, sus facciones y las polis a las que representan, frente a la invasión persa. Su capacidad de concreción y el conocimiento de este periodo de la historia, le ha llevado a crear un personaje alrededor del cual se desarrolla la ambición de unos y otros, el posicionamiento de espartanos, atenienses y los aliados de ambos, así como la relación de esta civilización con la idea de divinidad y el destino. De una manera fluida, desde la figura casi idealizada de Arimnesto, el autor plasma en distintas escenas, los momentos vitales del protagonista que viaja a lo largo de su vida paralelamente a acontecimientos tan importantes y llamativos como Maratón, Termópilas, Salamina o Platea. Su intervención en cada una de estas batallas, de manera directa o indirecta, son debidas a decisiones propias, que sin embargo lo catapultará hacia su destino. Mediante el uso de personajes secundarios y sus vivencias vitales, se plasman estos momentos históricos de una manera tan personal como subjetiva. A pesar de que creo que Villalón busca distanciarse de los acontecimientos que van apareciendo a lo largo de la vida del protagonista, su intervención como narrador, coloca a Arimnnesto en una posición casi mítica, reflejo del sentir y de la filosofía griega más profunda.

Quizás, esta interpretación intachable del protagonista, puede alejar un poco al lector respecto de los acontecimientos narrados. A ver si me explico. La posición de Arimnesto, como un personaje que remarca la identidad del pueblo griego frente al invasor, que se planta ante las diferentes situaciones como un hombre recto y fiel a sí mismo, puede marcar ciertas diferencias con el lector actual. Pero sin embargo, por otro lado, me recuerda a esos héroes míticos, pero también humanos de la Iliada, que luchan por lo que creen, con sus fortalezas y debilidades. Arimnesto es un hombre que huye, pero se reencuentra con su destino, como hacen los personajes históricos que aparecen en la novela. Unos más acertados que otros en sus decisiones y posturas, pero que forman parte de una identidad que busca lo mejor para su pueblo; honor, victoria y libertad. Y esto lo plasma a la perfección. Por otro lado, lo que acontece en su fuero más cercano, podría ser tan real como humano, lo que creo que, en definitiva, acerca al protagonista, mediante su trama vital, al lector.

Definitivamente, es una novela más que interesante, en la que Villalón refleja sus conocimientos del mundo griego, pero también su amor y sensibilidad por esta civilización. No es una novela al uso. Creo que es un espejo mediante el que el autor pretende imbuirnos del espíritu griego más clásico e imperecedero. El destino, la intervención divina, las alianzas y traiciones, así como la fiereza y crudeza de la guerra, definen una novela ágil en su lectura, mediante la que no solo se disfruta de una estupenda redacción, sino que además, se termina cogiendo gusto al mundo griego y su esencia.

   

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