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lunes, 11 de enero de 2016

"Stalingrado" - Antony Beevor

Junio de 1941. Alemania cruza la frontera y comienza la invasión de la Unión Soviética. Esta es la premisa con la que arranca este ensayo de Beevor, sobre la batalla de Stalingrado. Sin duda, es uno de los libros más famosos y acertados del escritor británico. Sus ensayos sobre diversos hechos y batallas de la 2ª Guerra Mundial, son casi bestsellers y sin duda, el que hoy presento y que fue publicado en año 2000, han hecho de este escritor un líder de ventas. Recientemente, ediciones Crítica lo ha reeditado en tapa blanda, en un formato de buen tamaño y con una letra generosa y fácil de leer.


Una de las decisiones más erróneas de Hitler en su terrible aventura de llevar a Europa a la guerra más mortal y terrible, fue traicionar a la Unión Soviética y declararle la guerra. Su odio por todo lo eslavo y su afán por conquistar las grandes estepas y llegar a Moscú, le llevaron ordenar cruzar las fronteras y atacar al gran gigante dormido. Como bien cuenta Beevor, el ataque alemán fue demoledor. Cogió desprevenidas a las tropas soviéticas. El mismo Stalin no supo reaccionar a tiempo. Solo el invierno, el barro y la nieve pararon a los alemanes, en diciembre de 1941, a escasamente 30 kilómetros de Moscú. En la primavera siguiente, Hitler ordena a sus generales preparar una gran ofensiva al sur, hacia el Volga y el Caúcaso, en busca de los pozos petrolíferos y de la ciudad que llevaba el nombre del líder ruso... Stalingrado.

A partir de este punto y tras una resumida y clara introducción, Beevor se embarca en la odisea de contar las circunstancias que rodearon la gran batalla de Stalingrado, desde su comienzo en mayo de 1942 hasta la capitulación del general Paulus en enero de 1943. El VI ejército alemán, con gran fuerza y potencia de fuego, se desparramó hasta el río Don, lo cruzó y llegó al Volga, donde se encontró con Stalingrado y el 62º ejército soviético. Tanto Hitler como Stalin se tomaron la ciudad como un símbolo para lograr la ansiada victoria. El sacrificio de millones de hombres no importaba. El fin era ocupar o salvar la ciudad. Si bien, en una primera instancia los alemanes desbordaron de nuevo a los rusos, la capacidad casi infinita  de los soviéticos para formar nuevos ejércitos, estaba muy por encima de la de los alemanes. Hitler tuvo que apoyar sus fuerzas con la ayuda de sus aliados italianos y sobre todo rumanos, peor equipados y mal armados, una de las claves de su derrota final. Por otro lado, de nuevo el invierno se convirtió en el mejor aliado de Stalin. Otro factor clave era la poca capacidad de abastecimiento de los alemanes. Stalingrado estaba demasiado lejos de casa. Si bien es cierto, que la capacidad de resistencia de la ciudad, la labor tiránica de los agentes soviéticos sobre sus tropas y el envío casi constante de tropas, al principio muy limitadas, desde lado oriental del Volga, fueron detonantes importantes a favor de los rusos. Realmente, la nieve, el barro y la lluvia, pararon a los alemanes, matándolos de hambre, frío y enfermedades. Tras casi dos años de espera desde la invasión alemana, Stalin tenía preparada la contraofesiva contra los castigados soldados alemanes. En apenas una semana, en diciembre de 1942, un movimiento desde el norte y el sur, cercó a las abatidas y desfallecidas tropas alemanas. De ahí, a la rendición total, solo pasaron unas pocas semanas, dando por terminada la batalla más cruel de la 2ªGM. Para entonces el comienzo de la derrota final se acercaba a Hitler.

Beevor muestra en este duro, directo y detallado ensayo la crueldad de la guerra, de un frente, en el que no cabía la retirada, donde las enfermedades, el hambre y la lucha casa por casa, de hombres, tanques y artillería, hicieron de Stalingrado un símbolo. No se podía ceder al enemigo. Su redacción muestra las diferentes claves del conflicto. Plasma con gran transparencia, la incapacidad de Hitler para ver sus debilidades y la realidad de la situación en el frente, las reacciones de los mandos, tanto soviéticos como alemanes, la situación dificilísima de la población civil y las dificultades por las que pasaron las tropas y sus terribles penalidades, sobre todo en invierno, auténtico árbitro en la batalla. Las declaraciones de postguerra, cartas personales o informes de primera mano, son la base de un relato bien estructurado y ordenado. Un clásico y recomendabilísimo libro, en el que se cuentan los horrores de la guerra, pero sobre todo la lucha, el pulso de dos líderes, que fueron capaces de sacrificar a millones de soldados sin pestañear. Duro, durísimo. 

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