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jueves, 23 de abril de 2015

"Anatomía de un asesinato"

En 1959 Otto Preminger llevó a la pantalla el guión adaptado de la novela de Robert Traver, seudónimo del escritor y Juez de profesión John D. Voelker. La película nos cuenta el juicio desarrollado contra un militar, que mató a tiros al supuesto violador de su esposa. El abogado defensor elegido por el acusado, se llama Paul Blieger y fue el Fiscal de la zona hasta las últimas elecciones. A partir de aquí, el insigne letrado, tratará de defender al militar, para lo que tendrá que utilizar su gran dialéctica y un punto de humor muy interesante.
Nos encontramos con una película del género de juicios, de esas que han hecho historia en el cine americano. De extensa duración, casi 160 minutos, este trabajo de Preminger, sin embargo, no es el típico film de investigación. Las sombras sobre lo sucedido, no dejan de cubrir la consecución del juicio, ni siquiera al final de la película, remarcando la duda que sobrevuela sobre la verosimilitud del hecho que provoca la actuación del acusado. He aquí lo novedoso y especial. En ningún momento el personaje encarnado por un sublime James Stewart, investiga sobre la verdadera inocencia o no de su defendido. Como abogado defensor, se preocupa de defender la versión del militar que mató al presunto violador de su esposa, según él mismo, en un arrebato incontrolable de locura. Para crear todavía más dudas, la pareja encarnada por Lee Remick y Ben Gazzara, no gozan precisamente de un halo de ética o moralidad. Ambos divorciados anteriormente y amantes de las juergas, juegan entre los celos de él y los flirteos de ella. El director, presenta dos execrables delitos en un mismo caso, el asesinato, hecho principal del juicio, y por otro la presunta violación, que nuestro abogado pretende demostrar, para justificar un hecho explosivo, como parece ser, este asesinato.
Si observamos con interés el desarrollo de la película, el tema tratado es bastante espinoso, en una sociedad enclavada a finales de los 50. Me interesa más el tratamiento de la violación, así como el objeto del delito, la mujer, en este caso, de dudosa ética. Sin embargo, el abogado, aún teniendo dudas, se dedica exclusivamente a buscar una justificación legal del hecho del asesinato, mientras el director plantea la violación como un hecho culturalmente menor, pero de gran hondura delictiva, algo que pretende demostrar casi de pasada, durante el extenso metraje. He aquí lo importante de la temática, por otro lado valiente y nada inocente.
Respecto a los actores, como he dicho, aplaudir a James Stewart en uno de esos papeles memorables. Su interpretación del exfiscal, necesitado de trabajo, justo defensor y vehemente cuando se necesita, que goza del derecho y de su aplicación y de su mayor hobbie, la pesca, es meritoria. Junto a él, un personaje tipicamente secundario del cine de oro norteamericano. Un viejo abogado, borrachín, pero bueno, sincero y adorable, interpretado por un loable Arthur O´Donnell. Respecto a Gazzara y Ramick, qué decir que no se vea en la pantalla. Mujer fatal y militar celoso, suman una mezcla explosiva en la pantalla. Puntualizar la aparición del juez, personaje sorprendente, por su pretendida inocencia y su jovial locuacidad. Un personaje simpático que rebaja la tensión de un juicio complejo. 
Una joya cinematográfica, que trata un tema duro y sensible como la violación, sin tapujos. Los actores y actrices excepcionales y por supuesto, la dirección de Oto Preminger maravillosa, tanto en la dirección de personajes, como en el uso del blanco y negro y el movimiento de la cámara. Sus personajes siempre, en esta y otras películas, son complejos y profundos, definiendo su cine como uno de los más intemporales y geniales de la historia. "Anatomía de un asesinato" estuvo nominada para 7 Oscars. Aquel año 1959, le tocó bregar con "Ben-Hur". El resultado lo conocemos todos. Ah, por cierto, además gozó de la banda sonora compuesta e interpretada por el genial y sublime Duke Ellington. Gran broche, sin duda.


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