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miércoles, 17 de septiembre de 2014

Desperta Ferro - "El Gran Juego"

Con solo echar un vistazo a la portada del nº 11 de la colección de Historia Moderna de la revista Desperta Ferro, ya podemos hacernos una idea de la temática, tan importante geopolíticamente hablando, no solo en el siglo XIX, sino también en la actualidad, a la que la publicación está dedicada este mes. Esta imágen icónica de Danny Dravott y Peachy Carnehan, interpretados por Sean Connery y Michael Caine, en la maravillosa película de John Huston "El hombre que pudo reinar" basada en un cuento corto de Rudyard Kipling, nos traslada a las inhóspitas regiones del noroeste de la India, donde tribus ingobernables dominaban unas tierras que marcaron la tensión internacional entre Rusia e Inglaterra a lo largo del siglo XIX. Lo que algunos historiadores han llamado "El Gran Juego", ha marcado no solo la historia de la región situada entre Rusia, India y la antigua Persia, sino que además, sus detonaciones y efectos han llegado a la actualidad, sobre todo en lo referente a los sucedido en Afganistán en los últimos 30 o 40 años.

Uno de los primeros actos relevantes en la zona, fue la Primera Guerra Afgana (1838-1842), donde los británicos, realizaron una de esas operaciones mal organizadas y posiblemente absolutamente injustificadas, debido a diversos malentendidos, al respecto de las intenciones rusas en la zona. Esto llevó a provocar uno de los mayores desastres en la historia del ejército victoriano. Sin embargo, sería a partir de la guerra de Crimea, cuando Rusia, al encontrar taponada la salida al mediterráneo, decide dirigir su mirada a una serie de territorios situados cerca de sus fronteras asiáticas, en la zona central del continente. A partir de esta decisión, la tensión y las relaciones con los británicos, empeorarán, derivando en frecuentes cruces y desencuentros diplomáticos, hasta finales del XIX. Estaríamos hablando de una especie de "Guerra fría" que aunque no desembocó en un conflicto armado directo, si provocó situaciones de guerra y conquista en ambos bandos. 

Por un lado, Rusia se hará poco a poco con el dominio de Turquestán y Tukmenistán, logrando su conquista a base de destruir las etnias que los poblaban y monopolizando el control de la zona. Gran Bretaña, conseguirá afianzar su frontera al norte de India, pero sufrirá algún que otro contratiempo en Afganistán, en la Segunda guerra Afgana (1880), como así sucedió en la batalla de Maiwand, espléndidamente descrita en las páginas de este número. Pero no todo fueron batallas y conquistas. La importancia de la diplomacia, los exploradores y las embajadas, logran introducir en el juego un espionaje muy especial, protagonizado por elementos rusos, británicos y como no, también nativos, sobre los cuales, sendos imperios pretendían afianzar su influencia sobre la zona. 

No solo como amante de la historia, sino también como persona preocupada por la política internacional actual, es interesante hacerse con este número. Como aportación puntual, nos ofrece un artículo muy revelador, sobre  los paralelismos entre la actuación británica en 1938 y la ocupación occidental de Afganistán en 2001 hasta la actualidad. Debo expresar, que soy un gran aficionado a esta época y sobre todo, a lo que concierne al Imperio Británico, por lo que no puedo, más que añadir, que este número a colmado mis expectativas. La colaboración de expertos articulistas y la aportación de mapas y cuadros de la época, como los realizados por el ruso Vasily Vereschaguin, hacen muy recomendable su lectura.

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