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miércoles, 20 de noviembre de 2013

"Fahrenheit 451"


Los buenos aficionados a las novelas de ciencia ficción, sin duda tendrán entre sus favoritas esta obra de Ray Bradbury, uno de los maestros del género. El libro trata de una sociedad en la que los bomberos en vez de dedicarse a apagar incendios, tienen la ocupación de quemar libros. Las autoridades consideran peligrosos a los libros y está prohibida, no solo su lectura, sino también su posesión, ya que suponen que el pensamiento y la libertad de opinión que puede generar la lectura es contraproducente para una sociedad a la que controlan en todos los aspectos de la vida.
En este caso no voy a reseñar el libro, ni siquiera la película dirigida en 1966 por Truffaut, que versiona de manera impecable el texto de Bradbury. En 2010, el dibujante de cómics Tim Hamilton, creó esta novela gráfica, adaptando al cómic una versión algo actualizada y presentada en un formato casi de lujo, con un diseño espectacular. Está editado en tapa dura y consta 150 páginas, en las que Hamilton realiza un trabajo gráfico muy detallado, pero sin perder en ningún momento el alma y el espíritu de la novela, trasladando lo esencial del texto al cómic.

Con un uso del color limitado, con el que remarca la historia representada en la novela, Hamilton representa con diferentes tonalidades las distintas situaciones dadas en el libro. Hace uso del rojo, amarillo y naranja para representar las escenas en las que prevalecen el acto de la quema de los libros, momentos llenos de dramatismo y coacción, frente a la utilización de verdes y azules, con los que desarrolla los diálogos más profundos y significativos que se desarrollan entre el protagonista Guy Montang y dos de los personajes claves de la novela gráfica, Clarisse MacClellan y el profesor Faber.


Este cómic es el complemento perfecto, a un libro clásico en la literatura contemporánea, que por medio de sus imágenes y de una  selección muy cuidada del texto, nos acerca todavía más al meollo del libro: el peligro de estar bajo control en todos los exponentes de la vida y la pérdida de la libertad y del pensamiento propio. Porque, como señala el personaje del profesor Faber: "La única magia está en los libros, en cómo cosen los retales del universo en una única prenda para nosotros".