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martes, 28 de mayo de 2013

"Minority report"



En el año 2002, dos de los personajes más poderosos de la industria de Hollywood decidieron aliarse para rodar una película de ciencia ficción. Estamos hablando de Steven Spielberg y Tom Cruise y de la película “Minority Report”. Indudablemente la apuesta era muy alta y las expectativas buscaban lograr un taquillazo en las salas de cine.
La película nos sitúa en el año 2054 y trata sobre un grupo policial llamado “Precrimen” que gracias a las visiones que tienen tres personas superdotadas llamadas “Precongs””, pueden adelantarse a la comisión de los delitos de asesinato y evitarlos, actuando en ese mismo instante no solo como cuerpo de policía sino como ejecutores de justicia. Nuestro policía protagonista, encarnado por Tom Cruise, toma contacto con uno de los “Precongs” y mediante una visión le hace dudar de la certeza total de las predicciones realizadas. Decide investigar por su cuenta y esto le lleva a descubrir las debilidades del sistema, convirtiéndose en objetivo de su propio grupo policial. Este film está basado en un relato corto del escritor de ciencia ficción Philip K. Dick. Su obra literaria ha dado origen a otras versiones cinematográficas como, “Blade Runner”, “Total Recall” o “Paycheck”. 
El punto de inflexión de la película es el método que la policía utiliza para  detener y juzgar a posibles asesinos antes de cometer el delito, siempre basándose en las visiones de los “Precongs”. Sin duda, con estas actuaciones, se consigue erradicar los asesinatos en la ciudad donde transcurre la historia. Sin embargo, surge la duda de si estos entes superdotados se pueden equivocar, o simplemente pueden no coincidir en sus predicciones frente a la certeza de la comisión de los delitos. Es aquí cuando el director, nos marca la pauta y el mensaje principal que nos quiere transmitir a lo largo de los 145 minutos de metraje. Surgirán dudas sobre si el futuro se puede cambiar, la manipulación de las pruebas y sobre todo, hace recapacitar alrededor de la justicia, su implantación en la sociedad y sobre la necesidad de la comisión de un delito para su condena. El ritmo de la cinta es trepidante. La utilización de los efectos especiales está muy conseguida, así como la visión futurista de las ciudades. Como en otras versiones de la obra de Philip K Dick, el mundo futuro está marcado por la globalización, la publicidad y el control sobre el ciudadano. Y esto, el director lo refleja muy bien a lo largo de la película.
EL binomio de Spielberg y Cruise consigue realizar una cinta entretenida, basada en la acción y llena de persecuciones. A lo mejor no termina de ahondar en el problema de la utilización de los “Precongs” y su uso como instrumento de la justicia, pero creo sinceramente, que el fin del director es básicamente entretener y hacernos viajar a un hipotético futuro. A pesar de todo ello, en definitiva, sí que queda impreso en el espectador un poso ético y moralista que persiste al final de la película.