Etiquetas

sábado, 11 de mayo de 2013

"Amanecer de los muertos"

Al comenzar el siglo XXI, las historias de catástrofes, fin del mundo y muertos vivientes recuperaron un interés entre los aficionados al cine, la televisión, el comic y la literatura. Grandes producciones coparon las salas cimetográficas llenándolas de terribles terremotos o inundaciones, meteoritos que chocan contra nuestro planeta o muertos que se despiertan y devoran a los pobladores de la tierra. Dos fueron las películas que rejuvenecieron el género de los zombies. La primera, del año 2.002, "28 días después" de Danny Boyle. Y un poco más tarde, en 2.004, la que voy a reseñar, el remake de "Amanecer de los muertos", dirigida por Zack Snyder. Estos dos directores, son ahora pilares indiscutibles del más moderno cine americano.
¿Pero por qué esta película es un antes y un después en el devenir del cine de género? Desde luego lo primero que llama la atención es el tratamiento del mismo zombie. El no muerto ya no deambula por las ciudades y los campos arrastrando sus miembros desmembrados y su cuerpo putrefacto, sino que tiene la capacidad de correr y mucho. El terror añadido de ver avalanzarse a toda velocidad a un grupo de hambrientos muertos viventes le da un punto de acción y velocidad desconocido hasta ahora en este tipo de películas. Además, añadir que los zombies no evitan el día... Es en consecuencia un peligro constante para la vida de los supervivientes. 
Durante la película que nos ocupa un grupo de supervivientes consigue refugiarse en una gran superficie llena de tiendas, con comida y bebida, todo lo cual les da una sensación de seguridad. Se encuentran absolutamente rodeados por infinidad de no muertos, que no les permiten salir del recinto. Mientras tanto, estos refugiados esperan la ayuda que no llega y poco a poco tienen que tomar diferentes decisiones importantes para su supervivencia. El paralelismo con una película de western es palpable y nos recuerda al fuerte de la caballería siendo asediado por los indios, la caravana que se protege en el asentamiento, incluso aparece el perro típico que acompaña a los vaqueros en sus travesías. La película, por supuesto y como corresponde al género, está llena de sangre, mordiscos, vísceras. Tiene un ritmo endiablado y un uso de la cámara que aunque ahora nos suena normal, entonces no era muy habitual ver. Además hace uso de un sentido de humor muy particular unido al dramatismo de las situaciones que se presentan. 
En definitiva, una película que junto a la dirigida por Boyle, reinventa el tratamiento de los zombies, revolucionando el género de tal manera, que a partir de ese momentos los films de muertos vivientes no tendrán el mismo tratamiento que hasta entonces.